Cómo explico el secreto que descubro en tu mirada, que se esconde entre tus ojos y la negra noche,
que me despierta mientras sueñas, que me adormece entre tus pechos y me seduce enteramente ante lo que sientes sin decir.
El camino hasta esos ojos que atesoran lo más grande, que me pierde en un instante entre la curvatura de tu piel.
No existe escalera al cielo que me indique otro camino mas que el sabor que me alimenta entre tus piernas, el sonido que despiertas dulcemente a mi oído, cualquier camino me lleva sólo ahí.
Puente dividido entre tu vientre y mis caricias fieles a tu sonido que no cesa; El camino de lunares que forman constelaciones mientras tus ojos sólo brillan el secreto liberado entre tus labios.

Si consideras regalarme un momento a futuro,
un instante que no existe y deseo inventar,
una excusa que te atrape entre mis brazos
y entre ellos despiertes en mi espacio, fuera de todo, sólo entre sí;
Cambiaría el único rumbo que dan mis pasos,
intentaría transformar lo predestinado que son los días,
lo espontáneo que se olvida y el miedo que alimenta cada día en la espera del final.
Creo que por volverte a ver me voy consumiendo entre sueños y te beso en los labios toda la verdad,
te lleno de mi vida por si algún día todo cambia y se esparce por el tiempo no me llegues a olvidar.

Tocaste sin miedo cosas de mi dentro que oculto por miedo de nuevo a caer;
Palabras sinceras cubiertas de hielo y cosas de mi vida que arrastro en mi sombra y de noche son más.
El temor inadvertido cuando siento que amo y que a veces es suficiente para decir adiós;
Porque no sé a dónde voy, porque hoy mis brazos son tuyos y mañana no sé si serán, si de pronto despierto y sólo te soñé.
Qué clase de persona puedo ser, para decirte sin miedo que por ti vuelvo a caer, que ocupas en mi espacio cada pensamiento o cualquier excusa en realidad, como escribirte en un día de lluvia o pensar en ti al preparar café.