La extraño tanto que la urgencia me persigue, las ganas de mirarla a los ojos y darme cuenta que aún sigo dentro de ella, que nada ha cambiado desde el último momento en que se despegaron nuestros labios. La extraño en cada paso forzado que doy para apresurar los segundos que me devuelvan un momento nuevo, otro día junto a ella. Si en doce horas pude saber que a su lado ni el frio distrae mi atención, que despierta, dormida o en estado confuso sigo sintiendo de la misma manera, pude darme cuenta que el tiempo entre sus labios se esfuma y solo es ella, en mi la palabra indescriptible para terminar con esta necesidad de acabar con la paciencia.
Feliz cumpleaños, princesa.
Hace 13 años
1 comment
me gusto mucho el diseño de tu blog... el contenido se ve muy bueno... saludos. y estare leyendo aqui...
sale!
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