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El piso sostiene mi tristeza, gris como un dia nublado
sin deseos de estar pensando.
Mi estomago está vacío, no necesito llenarlo
con distracciones que me hagan vomitar.
Mis manos tiemblan al descontrol de mis emociones.
Aun puedo sentir, aún estoy respirando el mismo aire
contaminado de aquellos sueños suicidas que cayeron
del cielo al llover. La tristeza no termina, sólo se logra distraer.
La soledad es la misma falsa esperanza que nos sostiene
cuando nadie nos mira al caer.
2 comentarios:
algo oscuro tu blog.. me agrada...
hey hey paseando llege a dar por aca me llamo la atencion el escrito muy bueno por cierto
cuando puedas pasa por opus un
saludo!!
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