Veo órbitas cada momento, disfruto el placer de estar quieta, donde pertenezco,
a la tercer órbita espacial; donde existe el limite del tiempo,
los segundos envejecen en el momento que miro al cielo, en cada beso, cuando una hora se convierte una vida de soledad.
Es duro creer que si camino cambio de rumbo, que cada segundo palpita dentro de mi;
benditas aves que desafian cada espacio y vuelan tan alto donde el orgullo y la pena se pueden borrar.
Aquí donde estas tu se percibe la lejanía de lo conocido,
con un solo respiro te puedes enamorar; y todo se vuelve uno mismo,
como el mismo camino que se tiene que recorrer, incierto y predestinado...
inmenso y dividido en las mismas horas que sólo se perciben antes de morir.
Recuerdos amontonados recorren los espacios y terminan por inundar mi mirada.
Deseo ser pronto viento para comprar con el silencio todo lo que el tiempo se atrevió a robar.
Feliz cumpleaños, princesa.
Hace 13 años
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